LA COVID - Dr. Alfredo Spilzinger [PhD]

Estoy escribiendo en un dia especial. Es el 10.10.20.20. (10 de octiubre de 2020) almoritmo que podría hacernos pensar que estamos a mediados del año, pero contrariamente, estamos ya en los últimos estertores de este fantasmagórico año. Increíblemente distinto en nuestras habitualidades hacia principios de este año.

La buena noticia es que durante los próximos meses podrá distribuirse una vacuna que nos alivie de este tsunami epidemiológico. Pero la mala noticia es que existirán COVID 21, 22 y subsiguientes, porque ese virus preexiste muchos millones de años antes que el homo sapiens comenzara su gira desde el sudeste de África hacia el Mediterráneo.

Ocurre que la filosofía GNC (galileana, newtoniana y cartesiana) produjo una filosofía mecanicista que hizo que nuestras vidas se alejaran del resto de los seres vivos que comparten nuestro ecosistema. Pero que las poblaciones de humanos se olvidaran de ellos, no dejaron por ello de existir.

Pero los sistemas complejos de las cuales somos parte existen y esa filosofía mecanicista quedo desplazada no por científicos que podamos convencerlos de esa realidad, sino porque los otros seres de ese mundo complejo han hecho aparición explosiva. Esos virus que avanzan como el hombre avanzó sobre terrenos enemigos para conquistarlos siguen el mismo camino. ¿Por que no?

En esta época de aislamiento humano, animales silvestres avanzaron sobre las ciudades, plantas sobre terrenos incultivados, y los virus sobre seres vivos. Con lo cual esto nos obliga a ser parte activa en nuestro ecosistema. Pero es un error que tendremos una nueva realidad o una nueva normalidad.

Simplemente porque la realidad es una apreciación subjetiva, no es igual para todos de acuerdo con los principios del constructivismo psicológico de Jean Piaget. Es decir que la realidad es una construcción personal y subjetiva y no cambia para que la humanidad piense en nuevo paradigma.

Lo mismo ocurre con la normalidad. Esta es una condición de normal. De diferentes interpretaciones, normal es en principio un estado indiferente con el resto de la población. Y nada será en una época de COVIDA, diferente al resto de los restantes habitantes del ecosistema.

No habrá cambios de realidad ni de normalidad. Lo que existirá es UNA NUEVA HABITUALIDAD. Por ello viviremos una COVIDA donde deberemos hacer frente a nuevos hábitos que es los que efectivamente cambiaran desde este terremoto viral hacia el futuro mediato. Deberemos avanzar hacia el conocimiento profundo de esos hábitos porque ellos han aparecido para quedarse.

De alguna forma, los seres humanos han comenzado a compartir los nuevos elementos que han comenzaron a aplicar. Las plataformas digitales, que no habían sido totalmente aceptadas resultan hoy una función que ya es parte de los seres humanos. Lo mismo ocurre respecto de la naturaleza, hacia la cual la mirada individual ha comenzado a reconocer como parte de nuestro ecosistema. Deberemos considerarlo como parte de nuestro sistema complejo para que no resulten enemigos nuestros.

Pero queda un capitulo mas difícil. Los seres vivientes hemos perdido parte de nuestras libertades individuales que fueron consagrados en la mayoría de los países. Los necesarios confinamientos y cierres de locales y empresas fueron aplicados por algunos gobiernos locales que ciertamente coartaron el principio fundamental de la libertad individual y han actuado unitariamente. Y esa actitud fue ciertamente reconocida por los ciudadanos de cada país, y han repudiado su continuidad en la COVIDA.

Aun mas, esta perdida de las libertades esenciales ha generado enfermedades algunas incurables. Tan mortales como el mismo virus. Los niveles de stress se han multiplicado geométricamente llegando mas allá de punto de Yerkes- Dodson que ha descubierto la posibilidad frente a su crisis de la posibilidad de muerte de células neuronales. Los efectos psicológicos de un confinamiento prolongado son aun impensados. ¿Quien será el homicida en esos casos?

Será trascendente entonces que los gobiernos afectados comprendan esta reacción, y adapten su filosofía de gestión a una recomposición de las libertades individuales para evitar que su restablecimiento tenga forma de una actual forma de la revolución francesa.

Si los gobernantes no perciben esta falta de libertades estarán como ciegos. Y en tal carácter podrán sufrir el síndrome de Bonnet. Aquellos privados de la visión suelen sufrir el síndrome de Bonnet, que consiste en sufrir alucinaciones done los personajes tienen menor tamaño que la que poseen en realidad, con lo cual en esos sueños pueden manejarlos con mayor facilidad. De caer en estas alucinaciones, el futuro de esas sociedades corren el ́peligro de perder su situación republicana.