CUANDO LO INVISIBLE SE HACE VISIBLE - Dr. Alfredo Spilzinger [PhD]

Con las palabras NOUS Y ARJE deseo traer e nuestro camino por la flecha de la vida a Anaxagoras [1] , quien hacia 500 años antes de la era común, nos enseño que “en lo visible se manifiesta lo invisible”

Y esa es la base de nuestra tesis sobre un presente continuo en el que vivimos, donde lo invisible domina nuestras acciones, más allá de nuestra voluntad, que se ciñe a lo estrictamente visible.

Es que según el filósofo presocrático vivimos rodeados por elementos esenciales que integran el infinito (los arje) que nuestro intelecto-inteligencia-espíritu (los nous) integra en un todo material. La fuente es el infinito, elemento invisible por naturaleza.

La actitud del ser humano se sesga a reconocer en primera instancia lo que sus ojos pueden captar lo visible. Lo que sus ojos pueden reconocer, pero la limitación de la vista es tal que lo invisible queda fuera de su visión. Y actúa en consecuencia. A través de lo que su NOUS integra. A veces desacertadamente.

En 1637 Descartes en su Discurso del Método, se refiere a la percepción visual bajo la ley de la refracción de la luz, basada en una óptica estrictamente geométrica. Comienza con esta obra una verdadera epistemología sobre el concepto de visión y de lo visible e invisible.

Como hemos afirmado, los criterios mecanicistas de la visión cartesiana fueron refutados hasta hoy sobre la base de la interpretación de la existencia de la complejidad como base de la estructura del universo y las acciones de sus personajes que lo habitan.

Descartes se encamina en su Dióptrica, a explicar la visión como una consecuencia fisiológica y anatómica y el movimiento de la luz donde el ojo como atractor humano define lo material que nos rodea.

Pero pocos años después de la publicación cartesiana el joven George Berkeley refuta el principio de la materialidad, para reconocer la inmaterialidad y el consecuencia las ideas como fuente de nuestras acciones. Porque no vemos lo invisible.

Podemos ver por si misma la distancia, se preguntaba Berkeley? El espacio tridimensional es evidente a nuestros ojos? Es la propuesta metafísica que plantea Berkeley sobre que al no poder distinguir sino los contornos de los objetos, nos induce a comprender que los objetos físicos son finalmente ideas, que toman definición física.

La misma aparición del microscopio o del telescopio, nos permiten definir el modesto alcance de nuestros ojos.

Pero es preciso avanzar mucho más en el camino de la vida para encontrarnos con Kant cuando en su Critica de juzgar abre un juicio sobre lo que es sublime. En un modo muy íntimo aparecen entonces los conceptos de moral, cuando expresa que lo sublime es la genuina índole de la moralidad (la reconocida “sittlichkleit” del hombre).

Lo sublime – evidentemente invisible- deja de ser una mera experiencia estética para convertirse en el modo propio de la acción moral. Que tampoco es visible.

Abandonamos en consecuencia la idea de transformar el mundo en un conjunto material de cosas que tienen sentido práctica, y que el teñido de nuestra evolución política y social ha llevado a nuestro mundo post moderno a materializar su evolución basado en lo visible.

La dicotomía permanente en la acción humana, lleva a la filosofía kantiana a comprender las posibles relaciones entre teoría y práctica, razón y sensibilidad, ética y estética, libertad y necesidad, finalmente lo invisible y lo visible en toda su complejidad. Consecuentemente la filosofía kantiana nos enseña la existencia de un ser sensible, facultado para conocer y el ser racional facultado para actuar. [2]

Mas adelante el mismo Kant separa a la razón del mundo de los sentidos en su Critica de la razón pura. Coexisten como dominios que finalmente se encuentran en el seno de la complejidad.

En ese escenario las ideas, interacción eléctrica entre dos o más neuronas, resulta invisible a los ojos humanos, como tampoco su filosofía, sus modelos y sus decisiones .Lo único que visualiza son los actos materiales que resultan producto de esas ideas.

Y las acciones resultantes son ́producto de esa visión, que suele ser incompleta.

En mis conversaciones con el Premio Nobel Ilya Prigogine, me insistía sobre que la realidad es más rica y extravagante de lo que pensaban quienes hicieron las leyes científicas. Y en ello se refería a la complejidad y al principio de la invisibilidad. [3]

Las emociones, invisibles por naturaleza, definen acciones que movilizan a los seres humanos más allá de su visión. Del latín “movere” en si misma es una palabra que define acciones cuya razón de existencia es invisible. Lo esencial es invisible a los ojos, explicaba Antoine de Saint Exupery, [4] simplemente porque vivimos rodeados de pocos objetos visibles, producto de la complejidad de las ideas, que en definitiva resultan invisibles.

El ser humano vive en consecuencia en un escenario donde lo visible solo comporta una mínima porción de sus variables. Desde el miedo hasta la pasión, desde la tristeza hasta la alegría, y así podríamos continuar, navegamos en la ignorancia de un mundo invisible que se torna visible cuando aceptamos las limitaciones de nuestra visión.

Tampoco es visible el tiempo. Definido en la mecánica relativista como un concepto complejo lo describe como relativo a cada observador, vinculado al lugar del espacio. Hoy se concibe al espacio-tiempo como una unidad indisoluble, que ciertamente no es visible a los ojos humanos.

La misma economía azul que hoy se defiende frente a la ignorancia de su existencia, y que comporta el conocimiento de la vida submarina, es totalmente ajena a nuestros ojos. En un simple vaso de agua, solo vemos líquido transparente que encierra dentro de si mismo una serie de microorganismos que no se nos presentan a la vista.

En el campo de las efectividades conducentes, en el escenario latinoamericano, sobre el que conozco y puedo escribir, la invisibilidad se ha tornado teñido de una oscuridad absoluta, salvo honrosas excepciones.

En la esfera de lo social y político, los objetos visibles han descartado el análisis de la invisibilidad de las ideas. La desafortunada definición de Andre Sauvy en 1952 de Tercer Mundo a los países “en desarrollo” marco a la América Latina como un continente extra polarizado de los centros de decisión.

Lo importante es la ausencia definitiva de respeto a lo invisible. Las ideas no se matan, escribió quien fuera Presidente de la República Argentina Domingo Faustino Sarmiento [5] y por otros desmentida su autoría en favor del francés Constantin François Chassebeuf [6] Evidentemente una corta expresión de la necesidad de visualizar las ideas, forma esencial de lo invisible.

Invisible, lo que no puede ser visto, por el ser humano. Nuestra visión es sensiblemente menos potente que la de algunos animales, como el águila, el gato o algunos reptiles. Lo que no vemos, no existe entonces?

En el escenario de la actividad profesional, los diagnósticos se basan en documentos o expresiones sensibles a la visión. Pero ello es solo una parte de la realidad de personas, grupos sociales o emprendimientos económicos.

Ya en 1759, Adam Smith se refirió a la mano invisible. Expresión que se consideró de corte liberal y fue durante muchos años denostada en círculos académicos. Lo que no se supo interpretar es que esa mano invisible se referìa exactamente a posibilidad de que cualquier conducta puede ser considerada buena cuando la mano invisible del mercado asiste a conseguir el bien común. Y esto en las palabras de un economista marxista nos remite a la invisibilidad como factor esencial para analizar y decidir. [7]

Y si nos remitimos a Marx, el mismo escribe que respecto del neoliberalismo que: ....padecen de una enfermedad frecuente en los creyentes de toda clase, sean religiosos o laicos, es la ceguera del creyente y cuando alguien cree a pie juntillas en alguna cosa, ya no puede ver, no ve lo que será contrario a sus creencias, ni siquiera mira, no le interesa porque vive con arreglo a sus creencias.

Marx creía que la historia la hacían los hombres, pero no como un alfarero hace su botijo si no por medio, precisamente, de la mano invisible de la sociedad. [8]

Y creer es simplemente considerar una cosa como verdadera o segura o pensar que existe, sin tener pruebas de su certeza o un conocimiento directo de la misma. Es no haberlo visto.

Descansar solamente en lo que nuestra visión admite, es trabajar con lo absoluto. Y lo absoluto es enemigo de la realidad que es un sistema complejo lejos de lo absoluto.

Como no vemos la excitación, el asombro, las distancias, la música o el honor. Finalmente no vemos las ideas. Al no ver lo invisible actuamos en lo absoluto. Y lo absoluto es enemigo de la realidad.

Y no podemos olvidar la invisibilidad de un concepto tan acendrado de “la patria”, Existe en todos los habitantes pero difícilmente visible.

El poeta Reine María Rilke escribió sucintamente que vivimos rodeados de lo invisible, Insiste en el traslado de la mirada desde lo aquende (lo material que está cerca nuestro) hacia el allende (el mundo que no vemos peor que existe). Una trascendencia del ser humano hacia todo lo cognoscible.

Walter Falk nos dice que el hombre miró siempre en dirección contraria a lo abierto, es decir miró hacia atrás. Esto es condicionado a su propia individualidad, que es lo que puede ver. [9]

Es un error en su capacidad de mirar y una falta de trascendencia por lo que parecemos incomunicados y sobre pasados y tardíos. [10]

Esto significa la dificultad humana de ver basado en su configuración de alguna manera defectuosa de poder sentir aquello que es invisible.

Cuando un profesional de la economía o la administración, emite una opinión basado en un escrito que se le presenta, está omitiendo una parte importante de la realidad. Toda acción de un emprendimiento se basa en una filosofía, que se translitera en una idea, que produce un modelo, todo ello invisible. Este proceso genera una acción y alguien escribe esa acción, que siendo visible es la que llega a los ojos del profesional. No hay mención a las invisibilidades que generaron ese escrito.

Lo mismo ocurre en los ámbitos de la salud. Una conclusión expresada por un profesional por la lectura solamente de un reporte de un diagnóstico por imágenes, es solamente una parte de la realidad. Las emociones y los problemas psíquicos no se visualizan en una placa.

En materia de política social la actual pandemia que asola al planeta, produjo soluciones biológicas sin tener en cuenta las consecuencias invisibles que deben soportar las poblaciones. Con ello se resolvió solamente un problema viral pero el conjunto de invisibilidades que deben soportarse.

En resumen, cuando los temas invisibles se hacen visibles, notamos que la realidad que se advierte a los ojos es totalmente diferente a la real problemática a resolver. Es intentar solucionar un problema complejo con herramientas mecanicistas. Ese es el dilema.



REFERENCIAS

[1] Anaxagoras. Filosofo presocrático 428-500 antes de la era comun.
[2] Amaya Villareal, Ana María, Revista de Estudios sociales, Diciembre 2009
[3] Prigogine, Ilya, Conversaciones personales.
[4] Antoine Marie Jean-Baptiste Roger Conde de Saint-Exupéry Lyon 1900-Martsella 1944. Autor de El Principito.
[5] Sarmiento, Domingo Faustino. Presidente de la Republica Argentina 1868-1874
[6] Constantin-François Chassebœuf de La Giraudais, conde de Volney, conocido simplemente como Volney . Febrero 1757- Abril 1820
[7] Guerrero, Diego. Economista marxista autor de Economía no liberal para liberales y no liberales.
[8] Guerrero, Diego. Ibid
[9] Falk, Walter. Head of Strategic Global Technology Partnerships at IBM Software & Cloud. Indiatlantic, Florida. EEUU.
[10] Gimenez Saldìas, Maria Olga. Mainer Maria Rilke, poeta de lo invisibile. Universidad de Los Andes, Chile.