LA REALIDAD COMPLEJA LATINOAMERICANA - Dr. Alfredo Spilzinger [PhD]




Debajo English Version

Mientras trato de hilvanar las palabras que serán frases, y éstas luego un texto, alguien mira por sobre mi hombro y al leer el título, se le ocurre preguntarme: Para esta nueva enfermedad sobre la que escribes, hay ya antibióticos descubiertos? Más allá de la sonrisa de ese alegre comentario, solo llegan a mis recovecos cerebrales las imágenes de nuestros países de este hemisferio austral del planeta [en su sentido económico y no estrictamente geográfico] mirando con asombro como tiemblan en sus fundamentos desde las pirámides de Keops hasta el Foro Romano.

Todo es confusión. Es el primer mundo el que se mueve por los terremotos financieros y las guerras entre hermanos de sangre. Y aquí que pasa? preguntan los que no saben, justamente a quienes tampoco tienen respuestas. Lo que ocurre es que finalmente, los adoradores y replicadores de imágenes del triunfo, se han dado cuenta que no saben lo que va a sucedernos, simplemente porque el futuro solo existe en nuestra imaginacion. Y también el mundo ha percibido que los profetas sólo son producto de la fantasía heroica de la antigüedad, porque desde hace ya tiempo que ninguno se nos presenta para redimirnos de las hecatombes auto – generadas.

Ergo, si no sabemos y no tenemos profetas, no hay otro camino que recorrer nuestras propias experiencias, e intentar aprender de nuestras historias, simplemente para no repetirlas, como expresaba Baruch Spinoza en 1650. Aprender de nuestras propias experiencias y no de aquéllas que nos cuentan desde las fronteras. Hemos sido testigos más de una vez, de conversaciones en las que los ejemplos externos, desprecian las construcciones económicas y sociales de esta parte del continente imaginando réplicas de comportamientos de otros territorios de mayor desarrollo relativo.

Nuestras organizaciones económicas no son como las del Norte, se escucha en los corrillos de ejecutivos. Es cierto, no tenemos ni Enron, ni Parmalat, ni Lehman Brothers ni Siemens, que se han llevado puestas las finanzas del público en operaciones espurias y hechas públicas.

Nuestros profesionales no tienen el rigor de los norte, se comenta en los pasillos de las universidades. Por cierto, no tenemos empresas como Arthur Andersen que sucumbió en noventa días, por haber sido partícipe necesario de fraudes corporativos.

No tenemos organizaciones judiciales que son prontamente descubridoras de ilícitos y reprimen a los culpables, claman los
ciudadanos en las calles demonizadas. Es cierto, no tenemos fiscales como Cirus Vance y agentes policiales que descuartizan rápidamente la figura de un Dominique Strauss Khan, sin soporte de pruebas suficientes.

Nuestras empresas no tienen el cuidado del medio ambiente como las extranjeras, claman los ecologistas. Y tienen razón, no tenemos a British Petroleum que por causas inciertas aún, nos dejó todo su petróleo de regalo sobre la superficie del Golfo de México.

Nuestros emprendedores no son lo suficientemente creativos como para generar nuevas oportunidades a sus clientes, expresan los representantes de los consumidores. También es cierto, no hemos sido capaces de generar un Bernard Maddoff que pudiera crear un sistema Ponzi con lo cual apropiarse de 65.000 millones de dólares de dineros ajenos. No tenemos sistemas políticos sanos como en el norte, gritan los políticos enfervorizados. Y también es cierto, no hemos podido tener un presidente asesinado como JFK, ni a su hermano Robert ni a un pastor como Martin Luther King. Claro, replica alguien. No tenemos historia. Y también es verdad, sería extraordinario tener una historia como los griegos, que les permite aplicar los criterios aristotélicos para poder endeudarse vertiginosamente en una moneda que causalmente no le es propia sino que comparte con otros 26 países. Los ciudadanos de nuestros países latino-americanos, [y debo agregar en especial los Argentinos] tenemos una mirada de mucha displicencia hacia nuestras propias organizaciones y un enorme deslumbramiento por lo que viene del espectro boreal. No dudamos un instante en rendirnos majestuosamente ante la belleza de un barrio parisino y lamentarnos por no tener lo mismo en nuestras ciudades. Pero no nos referimos a las zonas de exclusión donde habitan los argelinos, ni a los barrios donde es difícil salir y en los que hace poco han dejado ardiendo cientos de automóviles, a modo de protesta generalizada.

Hemos abandonado decididamente a la «xenofobia» para estar cautivados por la «xenofilia». Nos deslumbramos con lo externo [que conocemos muy poco y solamente como visitantes] para invertir nuestro tiempo en menospreciar lo propio.

Y nos olvidamos que casi todos los que habitamos esta tierra de promisión [América], hemos venido desde lejanas tierras con más historia que la nuestra de hoy y que huyeron de allí porque resultaba imposible sobrevivir.

No debemos preocuparnos lo que han hecho de nosotros, sino que es lo que podemos hacer con lo que han hecho de nosotros, decía Bertolt Brecht circa 1940.

Si trabajamos sin escapismos extraños, sin pertenencias ideológicas que nos aten a dogmas que sugieran que «esto no se puede» o «aquello es imposible» entenderemos. Porque el bolígrafo se inventó en Argentina (Ladislao Biro en 1943), como tambien y por el mismo inventor entre otras cosas, el lavarropas (en 1930) o la caja automatica de cambios (en 1932), el bastón blanco de los no videntes también (Jose Fallotico en 1921) , o también el sistema de dactiloscopia (Juan Vucetich en 1885) que el mundo entero utiliza hoy.

O quizás nos demos cuenta que los mexicanos han aportado la invención del sistema de televisión a color (Gonzalez Camarera en 1938) , o la pastilla anticonceptiva (Miramontes Cardenas en 1951) Y que también son inventos brasileros el walkman (Masaru Ibuka en 1979) y el teléfono inalámbrico (Landell de Moura en 1900). Y que hoy el mundo goza de la vacuna contra la hepatitis B gracias a los chilenos (Pablo Valenzuela en 1986) y que el primer marcapasos fue implantado en Uruguay (en 1960) asi como la primer unidad movil cardiológica (en 1979).

Y también podremos comprender que existen corporaciones multinacionales argentinas, brasileras, chilenas o mexicanas que tienen cada una de ellas miles de gentes trabajando y que esos emprendimientos han nacido del espíritu creativo o innovador de sus fundadores.

Y que no tenemos más premios Nobel en nuestro acervo intelectual local, simplemente porque en el hemisferio boreal, no nos apadrinan porque muchos de ellos nos siguen considerando tribus de aborígenes a quienes se les puede comprar con espejos de colores.

 

Algunos argumentarán que somos vícitmas de la droga en esta parte del continente. Es cierto y sufrimos sus consecuencias mas aberrantes. Pero entendamos que los primeros consumidores de cocaina en adultos son Australia, Albania, Estados Unidos, Escocia y el Reino Unido y si nos referimos a heroína el ranking mundial lo encabezan Estados Unidos, Serbia, Australia, Afganistan y Pakistan (cifras publicadas por El Orden Mundial).

Pero estamos en el centro del trafico de drogas es cierto, aunque los mayores consumidores estan fuera de nuestro habitat. Por ello es preciso encarar y dar solucion a ese tema complejo de ser el vehículo de su consumo.

Entendamos que el ser vivo, complejo, adaptativo y emergente, es una sucesión de conflictos. Nacemos para aprender a morir – decía Platón – y de cada conflicto genético nace un ser vivo que completará una fase vital para dejar lugar a otro que lo remplace. Y esto es aquí y en Hong Kong. En Santiago de Chile y en Katmandú. En Montevideo y en Montecarlo.

 

Y cada ser vivo debe cumplir con el mandato de hacer. Sin limitaciones. Sin inferioridades. Sin complejos. No olvidemos que el que calla otorga.

Ser un adepto a la xenofilia, sólo nos precipitará a la soledad que debemos combatir. Cada ser vivo, lo es porque interactúa con la «otredad» y en esa interacción somos todos iguales. Lo que nos diferencia unos de ottos, es la estrategia compleja que adoptemos para resolver los probemas que se nos plantean.

Compleja, que no significa complicada. Por que somos parte de un todo integrado por celulas que nos interrelacionamos con otras aleatoriamente, sin un patron autodefinido.

Que ocurre en consecuencia en Latinoamérica que no puede encontrar la luz al final del tunel, para ser un región lider y rfesolver definitivamente sus problemas de salida de la inacción hy el desconcierto?

Necesitamos simple y definitivamente, tener gestión.

Precisamos una estrategia que requiere entender la complejidad y gestionar, es decir asumir y ejercer la responsabilidad de una serie de acciones necesarias para resolver los problemas de la realidad de esta parte del planeta.

Concretamente

• definir una filosofía para cada territorio que entienda la idiosincracia de sus habitantes, sus historias, sus posibilidades y sus anhelos,

• Sobre esa filosofía aceptada, formular un modelo que integre todas las variables posibles y resulte consensuado,

• Desde ese modelo, formular las normas. Nunca antes de aprobado el modelo

• Corregir las normas analizando su comportamiento y la retroalimentción de sus resultados.

Pero fundamentalmente gestionar en búsqueda de una solución definitiva.

No somos ni mejores ni peores que los países del Norte. Simplemente porque somos hijos de sus propios habitantes y hemos heredado todo lo bueno y también lo malo que nos legaron esos ancestros. Ni siquiera somos iguales. Somos diferentes, como un hijo lo es de su padre. Nuestro problema es que no hemos gestionado.

Ocurre que no hemos comprendido en esta seccion austral del globo terráqueo, que somos sistemas complejos y que requerimos gestión a los problemas que nos acucian No con respuestas sencillas, si no con soluciones complejas. Porque nos hemos acostumbrado al mecanicismo de la era de la ilustración. Se piensa que con solo oprimir un botón en un extremo de la línea de producción se obtiene un resultado al final de la serie. Se ha aceptado que con una ley o un decreto gubernmental se resuelve una situación de vida de los gobernados. Error. Esas son las normas. A que modelo responden?

America Latina y el Caribe albergan a casi 700 millones de almas (algo menos que los 750 millones de Europa) distribuídos en algo más de 23 millones de kilómetros cuadrados (mas del doble que los 10 millones que cubre Europa y algo más que los 20 millones de la America anglofona). Son cifras no menores para el contexto de la interacción mundial.

Tenemos población y lugar y el problema de la incapacidad para ser potencia mundial es que muchos gobernantes piensan que actuamos mecánicamente, es decir quie reaccionamos automáticamente a leyes, decreto o disposiciones. Por el contrario, somos entes biológicos que interactuamos porque estamos vivos y no existen soluciones mesiánicas ni mecanicistas que resuelvan los problemas complejos.

Y si lo comprendemos así, podremos reunirnos alrededor de la mesa e interactuar sin temores ni menosprecios. Cada uno con su estrategia. Cada uno con sus caminos recorridos, no importa cuán largos hayan sido. Cada quien debe recorrer el suyo.

De no reaccionar con este modelo, si no en forma mecanicista, cada uno solitario en su esfera de acción, quedaremos en soledad sin soluciones. Y quizás nos pudiera pasar lo que expresara el pastor luterano Martín Niemöller al ser preguntado por su inacción frente al gobierno nazi en 1945 [frases erróneamente atribuidas a Bertolt Brecht]: Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista, Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar por mi

 

VERSION EN INGLËS - ENGLISH VERSION

THE COMPLEX LATIN AMERICAN REALITY

While I try to string together the words that will become phrases, and these then a text, someone looks over my shoulder and, reading the title, ask me: For this new disease you write about, are there antibiotics already discovered?

Beyond the smile of that happy comment, the only images that reach my brain recesses are the images of our countries in this southern hemisphere of the planet [in its economic and not strictly geographical sense] looking in amazement as they tremble in their foundations from the pyramids of Cheops to the Roman Forum,

Everything is confusion. It is the first world that is moved by financial earthquakes and wars between blood brothers.

And what happens here? ask those who do not know, precisely to those who do not have either answers.

What happens is that finally, the worshipers and replicators of images of triumph have realized that they do not know what is going to happen to us, simply because the future only exists in our imagination.

And the world has also perceived that prophets are only a product of the heroic fantasy of antiquity, because for a long time now none has been presented to us to redeem us from the self-generated hecatombs.

Ergo, if we do not know and we do not have prophets, there is no other way than to go through our own experiences, and try to learn from our stories, simply to not repeat them, as Baruch Spinoza expressed in 1650.

Learn from our own experiences and not from those that we are told from the borders.

We have witnessed, more than once, conversations in which external examples despise the economic and social constructions of this part of the continent, imagining replicas of behavior from other territories of greater relative development.

Our economic organizations are not like those of the North, one hears in the circles of executives. It is true, we do not have Enron, Parmalat, Lehman Brothers or Siemens, which have taken the public's finances in spurious operations made public.

Our professionals do not have the rigor of the North, it is said in the halls of the universities. By the way, we do not have companies like Arthur Andersen that succumbed in ninety days, for having been a necessary participant in corporate fraud.

We do not have judicial organizations that are quick to discover crimes and repress the guilty, demonized citizens cry out in the streets. It is true, we do not have prosecutors like Cyrus Vance and police agents who quickly dismember the figure of Dominique Strauss Khan, without suYicient evidence.

Our companies do not take care of the environment like foreign ones, environmentalists claim. And they are right, we do not have British Petroleum, which, for still uncertain reasons, left us all its oil as a gift on the surface of the Gulf of Mexico.

Our entrepreneurs are not creative enough to generate new opportunities for their clients, say consumer representatives. It is also true, we have not been able to generate a Bernard MaddoY who could create a Ponzi system with which to appropriate 65 billion dollars of other people's money.

We do not have healthy political systems like in the north, the excited politicians shout. And it is also true, we have not been able to have a president assassinated like JFK, nor his brother Robert nor a pastor like Martin Luther King.

Sure, someone replies. We have no history. And it is also true, it would be extraordinary to have a history like the Greeks, which allows them to apply the Aristotelians principles to be able to go into vertiginous debt in a currency that causally it is not its own but it shares it with 26 other countries.

Citizens of our Latin American countries, [and I must add especially the Argentines] have a very disdainful view towards our own organizations and an enormous dazzle by what comes from the northern spectrum. We do not hesitate for a moment to surrender majestically to the beauty of a Parisian neighborhood and regret not having the same in our cities. But we are not referring to the exclusion zones where Algerians live, nor to the neighborhoods where it is diYicult to leave and where hundreds of cars have recently been left burning, as a generalized protest.

We have decidedly abandoned "xenophobia" to be captivated by "xenophilia." We are dazzled by the external [which we know very little and only as visitors] to invest our time in belittling our own.

And we forget that almost all of us who inhabit this land of promise [America] have come from distant lands with more history than ours today and that they fled from there because it was impossible to survive.

We should not worry about what they have made of us, but rather what we can do with what they have made of us, said Bertolt Brecht circa 1940.

If we work without strange escapisms, without ideological belongings that tie us to dogmas that suggest that "this cannot be done" or "that is impossible," we will understand.

Because the ballpoint pen was invented in Argentina (Ladislao Biro in 1943), as well as by the same inventor, among other things, the washing machine (in 1930) or the automatic gearbox (in 1932), the white cane for the blind as well. (Jose Fallotico in 1921), or also the fingerprint system (Juan Vucetich in 1885) that the entire world uses today.

Or perhaps we realize that Mexicans have contributed to the invention of the color television system (Gonzalez Camarera in 1938), or the contraceptive pill (Miramontes Cardenas in 1951) and that the walkman (Masaru Ibuka in 1979 ) and the cordless telephone (Landell de Moura in 1900) are also Brazilian inventions.

And that today the world enjoys the hepatitis B vaccine thanks to the Chileans (Pablo Valenzuela in 1986) and that the first pacemaker was implanted in Uruguay (in 1960) as well as the first mobile cardiology unit (in 1979) And we can also understand that there are Argentine, Brazilian, Chilean or Mexican multinational corporations that each have thousands of people working and that these ventures have been born from the creative or innovative spirit of their founders. And that we do not have more Nobel Prizes in our local intellectual heritage,simply because in the northern hemisphere, they do not sponsor us because many ofthey continue to consider us tribes of aborigines who can be bought with colored mirrors.

Some will argue that we are victims of drugs in this part of the continent. It is true and we suYer its most aberrant consequences.

But let's understand that the first adult cocaine users are Australia, Albania, the United States, Scotland and the United Kingdom and if we refer to heroin, the world ranking is headed by the United States, Serbia, Australia, Afghanistan and Pakistan (figures published by El Orden World).

But we are in the center of drug traYicking, it is true, although the largest consumers are outside our habitat. For this reason, it is necessary to face and provide a solution to this complex issue of being the vehicle of its consumption.

Let us understand that the living being, complex, adaptive and emerging, is a succession of conflicts. We are born to learn to die – Plato said – and from each genetic conflict a living being is born that will complete a vital phase to make room for another to replace it. And this is here and in Hong Kong. In Santiago de Chile and in Kathmandu. In Montevideo and in Monte Carlo.

And every living being must comply with the command to do. Without limits. No inferiorities. Without complex. Let us not forget that he who remains silent grants.

Being an adept of xenophilia will only precipitate us into the loneliness that we must combat.

Every living being is because it interacts with "otherness" and in that interaction we are all equal. What diYerentiates us from others is the complex strategy that we adopt to solve the problems that arise.

Complex, which does not mean complicated. Because we are part of a whole made up of cells that interrelate with others randomly, without a self-defined pattern.

What happens consequently in Latin America that cannot find the light at the end of the tunnel, to be a leading region and definitively solve its problems of emerging from inaction and confusion?

We simply and definitively need to have management.

We need a strategy that requires understanding the complexity and managing, that is, assuming and exercising responsibility for a series of actions necessary to solve the problems of the reality of this part of the planet.

Specifically

• define a philosophy for each territory that understands the idiosyncrasies of its inhabitants, their stories, their possibilities and their desires,

• Based on this accepted philosophy, formulate a model that integrates all possible variables and is consensual,

• From that model, formulate the rules. Never before the model is approved.

• Correct the rules by analyzing their behavior and feedback on their results.

But fundamentally manage in search of a definitive solution.

 

We are neither better nor worse than the countries of the North.

Simply because we are children of its own inhabitants and we have inherited all the good and also the bad that those ancestors bequeathed us. We're not even equal. We are diYerent, like a son is diYerent from his father. Our problem is that we have not managed.

It happens that we have not understood in this southern section of the globe that we are complex systems and that we require management of the problems that confront us, not with simple answers, but with complex solutions.

Because we have become accustomed to the mechanism of the age of enlightenment. It is thought that simply pressing a button at one end of the production line produces a result at the end of the series. It has been accepted that with a law or a government or a new decree a life situation of the governed is resolved. Mistake. Those are the rules. What model do they respond to?

Latin America and the Caribbean are home to almost 700 million souls (slightly less than the 750 million in Europe) distributed just over 23 million square kilometers (more than double the 10 million that Europe covers and slightly more than the 20 million of Anglophone America). These are no small numbers in the context of global interaction.

We have a population and a place and the problem of the inability to be a world power is that many rulers think that we act mechanically, that is, we react automatically to laws, decrees or provisions. On the contrary, we are biological entities that interact because we are alive and there are no messianic or mechanistic solutions that resolve complex problems.

And if we understand it this way, we will be able to gather around the table and interact without fear or contempt. Each one with their strategy. Each one with their own paths, no matter how long they have been. Everyone must travel theirs.

If we do not react with this model, if not in a mechanistic way, each one alone in its sphere of action, we will be left alone without solutions. And perhaps we could pass along what the Lutheran pastor Martín Niemöller expressed when asked about his inaction against the Nazi government in 1945 [phrases erroneously attributed to Bertolt Brecht]:

When the Nazis came to take away the communists, I kept silent, because I was not a communist,

When the social democrats were imprisoned, I remained silent, because I was not a social democrat,

When they came to look for the union members, I did not protest, because I was not a union member,

When they came to take away the Jews, I did not protest, because I was not a Jew,

When they came to get me, there was no one else who could protest for me.